Contacto Nutritivo:

 

Masaje a

 

bebés prematuros 

 

El nacer antes de tiempo expone al bebé al desafío de sobrevivir con un organismo aún inmaduro para la vida extrauterina.
Un/a recién nacido/a prematuro/a debe emprender una lucha constante para adquirir algunas funciones, como por ejemplo: la regulación de la temperatura corporal, la respiración, la digestión y excreción de alimentos, la separación de su madre que tan importante es para el/la bebé durante las primeras horas de vida y superar la falta de protección que le brindaba la matriz materna en la vida intrauterina. En definitiva, mantener el equilibrio interno físico y emocional le exige a este bebé una lucha permanente.
Además de todos los cuidados que reciben en las terapias neonatales también necesitan el contacto con su madre.
Se ha planteado que los/as recién nacidos/as ingresados a unidades de cuidado intensivo neonatal están expuestos/as a condiciones ambientales altamente estresantes (como ruido constante y de alta intensidad y luces brillantes) y carecen de estimulación táctil que habrían recibido en el útero o en servicios de maternidad regulares. Dado que el masaje parece reducir el estrés y proporcionar estimulación táctil, ha sido recomendado como una intervención para promover el crecimiento y el desarrollo de lactantes prematuros/as y de bajo peso al nacer.
El/la bebé prematuro/a también cuenta, al igual que el/la nacido/a a término, con capacidades sensoriales y conductuales que se van haciendo más eficaces con la maduración, el desarrollo y la interacción con su madre. Estas conductas neonatales - gritos, mirada, mímica, actitud tónica, prensión palmar y movimientos cefálicos - influyen sobre las conductas maternas - voz, caricias, mirada, postura, sostén y expresiones faciales - y viceversa, por lo tanto, también pasan a ser primordiales en la constitución del vínculo.
Pero no olvidemos que dicha interacción, en un primer momento, es algo difícil. Hasta puede ser estresante para ambos si no hay alguien que ayude a contener las ansiedades y expectativas que se presentan por las condiciones limitadas del bebé. Para esto es necesario contar con alguien capacitado dentro de la sala, que le explique a la madre el porqué de cada cosa que le acontece a su bebé mientras éste permanece en la incubadora y oriente a su madre sobre cómo entrar en contacto con él. Ella comienza a establecer contacto mediante esos comportamientos para mantenerse próximos, brindarse protección afectiva y seguridad.

 

 Los progresos que manifieste el/la bebé prematuro/a no van a depender exclusivamente del desarrollo biológico, sino también de todos aquellos intercambios que pueda hacer primero con su mamá/cuidador/a y en una instancia posterior con el mundo externo. Lo que va a determinar, que a pesar de la prematurez la interacción se desarrolle, y el vínculo de apego que se establezca será la suma de todas las experiencias y no sólo una.

Dentro de las terapias complementarias, los masajes constituyen un tratamiento que aporta grandes beneficios al organismo, activa la circulación, tonifica la musculatura, relaja y ayuda a dormir mejor, reduce el nivel de estrés, elimina los problemas de gases y mejora el bienestar psicológico de las personas sometidas a esta técnica.
Los/as pequeños/as se ven obligados/as a permanecer largos períodos de tiempo hospitalizados/as y muchas veces privados/as del contacto con sus ma/padres debido a la gravedad de la prematuridad, la sedación y el aislamiento de la incubadora. Todo esto provoca en el/la pequeño/a un rechazo a toda manipulación, por lo que, a veces, nos encontramos a niños/as que, tras un período de gravedad, rechazan cualquier contacto físico llorando cada vez que se les toca. Es muy importante para ellos restablecer un equilibrio emocional entre el contacto físico a través del contacto y sensaciones placenteras como el sonido de la voz de sus ma/padres, o música que pueda estimular sus sentidos.
Desde el momento que nace un/a niño/a prematuro/a los cuidados se centran en su atención, aunque  ma/padres también experimentan muchas sensaciones psicológicas: negación, culpabilidad, ira, temor, ansiedad, tristeza, preocupación…

El masaje es una de las partes más importante del tratamiento, ayuda a los/as ma/padres a sentir que ellos/as también colaboran en la recuperación de su hijo/a y a establecer los vínculos necesarios entre tríada. Es una hermosa expresión de cuidado que constituye a la salud, tanto física como psicológica, no solo para los/as bebés, sino también para los/as ma/padres. La mayor parte de la angustia de aquellos primeros días y semanas, se minimizan si los/as ma/padres pueden reestablecer el control de la situación.
Los masajes aplicados en niños/as prematuros/as aumentan el tono muscular y facilitan la adaptación al medio que les rodea a través de los sentidos.
A través del masaje debemos estimular los distintos censores táctiles de la dermis, ya que estos envían información al cerebro, desencadenándose la liberación de una serie de sustancias.
Con todo esto logramos estimular uno de los doce nervios craneanos, denominado "vago". Éste a su vez, estimula el tracto gastro-intestinal, liberándose hormonas de absorción de alimentos para que los nutrientes se absorban adecuadamente. Esto es muy importante en estos bebés ya que el aumento de peso es la clave para la salud de ellos. De aquí que en uno de los estudios del TRI un grupo de bebés prematuros haya aumentado de peso con sesiones de masajes. En los estudios de Field, los bebés prematuros que se sometieron al tratamiento de masajes fueron dados de alta seis días antes que los demás. Cabría esperar que todos los hospitales se estuviesen peleando por crear su propio programa de masajes. No obstante, sólo un puñado de centros sanitarios lo han hecho.

 


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